DE GUEVARA, ANTONIO
Este Reloj de Príncipes, el primer libro moderno que hizo de la filosofía un «superventas» en Europa, como sostiene Ati lana Guerrero en su prólogo, «puede servir, 500 años después, al mismo propósito para el que fue escrito: ser un reloj para la vida, no sólo del gobernante, sino de todos los hombres», pues conserva una enorme vigencia en su doble dimensión de guía de ética estoica y de moral política. «Fue Platón, -continúa el prólogo- el padre de la filosofía, quien fundó su Academia para la educación del gobernante; de un tipo de gobernante, eso sí, que, o bien se hacía filósofo, o bien se dejaba aconsejar por él». Y esta obra respondía a una noción del filósofo al servicio del rey; pero si sustituimos al rey por la Nación o el Estado, «y de los Espejos de Príncipes pasamos a los Espejos de la Nación, como don Quijote se refirió a sí mismo, comprendemos que Antonio de Guevara fue en realidad un au téntico filósofo moderno, es decir, un ensayista, crítico del poder por antonomasia, o sea, del poder político». Platón mismo es el autor más citado en la obra, y por algo el emperador Carlos, su primer lector,