DUCHEMIN, DAVID
Introducción
	
	1. El lugar de la artesanía
	
	2. El descubrimiento de la visión
	
	3. Mindfulness del lenguaje
	
	4. La complacencia del intérprete
	
	5. La necesidad de apertura
	
	6. Paciencia
	
	7. Capturar el momento
	
	8. Respeto por el proceso operativo
	
	9. Obedecer al a curiosidad
	
	10. Improvisación
	
	11. Abandonar la perfección
	
	12. La búsqueda de la historia
	
	13. El papel de la audiencia
	
	14. El rechazo de la comparación
	
	15. Autenticidad
	
	16. Crítica
	
	17. La necesidad de amor
	
	18. Coraje
	
	19. El rechazo de las normas
	
	20. Una nueva mirada hacia la belleza
	
	21. Disciplina
	
	22. Después de la cámara
	
	23. Perseguir la maestría
	
	Conclusión
	
	Índice 
La fotografía, como manifestación del arte y también como expresión universal de comunicación humana, tiene la capacidad de conectar a las personas a través de la imagen. En todo el mundo se toman millones de fotos por año, ¿por qué sólo una pequeña cantidad logra realmente esa conexión? ¿Por qué son tan escasas las que captan nuestras emociones y movilizan nuestra imaginación? Y no se trata de la técnica; la respuesta no está ni el foco, ni el encuadre, ni el justo uso de la luz. Hoy es casi imposible hacer una mala foto: con los avances tecnológicos, la cámara lo hace casi todo sin equivocarse.
	
	El fotógrafo David duChemin tiene una hipótesis: asegura que la mayoría de esas imágenes carecen de alma. Y sin ella, la foto no llega a tocar nuestra sensibilidad.  No conecta con quien la mira, ni siquiera con el propio fotógrafo.
	
	En "El Alma de la cámara", el autor reposiciona el lugar del fotógrafo en la creación de imágenes. Explica qué significa hacer mejores fotos, a partir de ese nuevo lugar. Los conceptos abordados en el libro, ilustrado por una colección excelente de imágenes en blanco y negro, recorren temas como el oficio de la fotografía, su dominio y su disciplina; el público y la visión, hasta llegar a la historia contada en una foto y a su autenticidad. "El Alma de la cámara" es un libro personal y profundamente pragmático que desafía con discreción, pero con firmeza, la idea de que las cámaras, los objetivos y todo el proceso de tomar una foto, sean algo más que herramientas y técnica. 
	
	Es el fotógrafo, no la cámara, quien puede y debe aprender a hacer mejores fotografías, capaces de conectar con los otros y de transmitir qué ser humano hay detrás de ellas. "El Alma de la cámara"  ayuda a entenderlo.